Esta advocación mariano-mercedaria tiene su origen en la ciudad de Cagliari (isla de Cerdeña), cuando en el año 1370 arribo a sus playas, llevada por las aguas, una caja conteniendo una hermosa imagen de Nuestra Señora con el Niño Jesús en un brazo y en el otro llevando una candela o cirio. Desde entonces fue venerada con el titulo de Bonaria, Buen Ayre o Buenos Aires, constituyéndose en protectora de navegantes y marineros.
De Cerdeña, posesión de la corona de Aragón, paso a España llevada por los marineros y navegantes, por los cautivos redimidos por los mercedarios y por las autoridades civiles y eclesiásticas que procedían de la península.
Fue así como en Sevilla tuvo su mayor arraigo dicha devoción en la Cofradía de mareantes españoles que, desde su vecino puerto, se hacían a la mar desconocida en frágiles naves con rumbo al nuevo mundo. Así llego a nuestras playas con la expedición de don Pedro de Mendoza quien, al fundar el puerto y asiento de nuestra futura gran capital argentina, el 2 de febrero de 1536, le puso el nombre al puerto de Santa Maria del Buen Ayre, llevado por su devoción hacia la Madre de Dios y por los consejos de los dos mercedarios que lo acompañaron. Y el 11 de junio de 1580 don Juan de Garay “estando en este puerto de Santa Maria de Buenos Aires” procedió con toda solemnidad a fundar la ciudad “que se intitule la ciudad de la Trinidad”.
La Siempre Noble y Augusta Orden de Santa María de los Buenos Ayres, Orden Bonaria, se desarrollo durante el tiempo de los Virreyes del Río de la Plata, integrándola destacadísimos hidalgos, todos ello Caballeros de enorme fervor mariano; adormecida permaneciendo in pectore et in potentia, bajo el cuidado del Fuero de Hidalgos del Río de la Plata.
En Acto Soberano de Restauración, de fecha 8 de diciembre de 2003, la Orden de Bonaria, fue restablecida por S.A.S. don Rubén Alberto Iº de Gavaldá. Desde esa fecha la Orden paso a formar parte de las Corporaciones Nobiliarias de Su Casa, siendo desde allí una Orden de Caballería privada a su Persona y Maison. La Orden de Nuestra Señora, Santa María de Buenos Aires, esta bajo la protección del glorioso San Martín de Tours -Patrono de la Ciudad de Buenos Aires, Argentina-; siempre se ha desarrollado en las tierras del Antiguo Virreynato del Río de la Plata. La Orden de Nuestra Señora posee especial Bendición Apostólica de S.S. Juan Pablo II (q.e.p.d.) y de S.S. Benedicto XVI (q.D.g.) se reconoce bajo del decálogo de la Caballería Cristiana y reconoce a la Santa Iglesia Católica Apostólica Romana como la única Iglesia de Cristo; así mismo se declara ecuménica por lo que posee especiales Bulas de Reconocimiento y Bendición de las Iglesias Católica Anglicana, Luterana, Vétero Católica y Ortodoxas. La Orden en la actualidad ha renovando la fuerza, el empuje y el celo mariano de sus orígenes.
Después de cuatro siglos la ciudad saldo la deuda con la Señora que le dio su nombre y erigió, también por los mercedarios, la hermosa Basílica de Nuestra Señora de los Buenos Aires, inaugurada el 3 de diciembre de 1932.
La imagen de Nuestra Señora de los Buenos Aires, se venera en dicho lugar hoy Basílica Mayor, desde el año 1897 y el Camarían a ella especialmente dedicado en la Iglesia Catedral de Buenos Aires, siéndo éste recinto, el lugar de privilegio en donde los Caballeros de Bonaria rinden especial culto a su patrona y celebran sus ritos de admisión a caballeros e imposición de insignias.
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